Creo que nunca he mencionado que vivo en una residencia universitaria en la zona 11. Nací aquí, en la Ciudad de Guatemala, pero desde que tenía 3 años mis papás y yo nos mudamos a la Isla de Flores, en Petén, principalmente porque mi mamá es de allá.
La residencia es un lugar muy especial. Es un sitio donde el calor del hogar y el apoyo mutuo entre los residentes es el pan de cada día. Normalmente, en la "resi" (le llamamos así de cariño), los días sábado se llevan a cabo actividades muy interesantes y divertidas, desde torneos de videojuegos, hasta partidos de fútbol o básquetbol.
El sábado pasado, la actividad del día fue un torneo de ping-pong en una de las salas que se encuentran frente a la dirección del lugar. Al inicio, los que íbamos a participar sacamos la mesa de ping-pong de la bodega frente al auditorio de la residencia, pero pronto llegaría un miembro de la directiva a mencionarnos que no podíamos jugar en el sitio donde colocamos la mesa inicialmente. Tuvimos que mover la mesa desde el ala norte del edificio hasta el ala sur, pero en cuestión de un par de minutos logramos nuestro cometido, gracias al trabajo en equipo.
El torneo duró un par de horas, y acabamos alrededor de las once de la noche. Honestamente, no me fue muy bien, pero descubrí que el ping-pong me está empezando a gustar más de lo que esperaba, así que espero poder practicarlo con un poco más de consistencia para mejorar eventualmente.
Luego del torneo, algunos amigos y yo decidimos hacer otro torneo, esta vez de Smash (no creo que se note que es de mis videojuegos favoritos) con una peculiaridad muy especial. Resulta que en la consola puedes hacer personajes caricaturescos basados en personas reales llamados "Miis", los cuales puedes usar como personajes jugables en Smash. Se nos ocurrió la "brillante" idea de crear un "Mii" que representara a cada miembro de la directiva de la residencia, y utilizarlos en el torneo. Honestamente fue una idea que le dio un toque muy divertido al torneo, y creo que todos los participantes lo disfrutamos mucho.
Al finalizar el torneo (que ganó el "Mii" de Javier, el director de la residencia) procedimos a jugar un torneo de verdad, utilizando a nuestros "mains" (personajes que utilizamos con mayor frecuencia y habilidad). El torneo acabó a las dos de la mañana, conmigo quedando en el segundo puesto, por perder la final con un marcador de 3-2.
Supongo que a muchas personas les parecerá un sábado un poco aburrido, pero el haberlo pasado con mis amigos de la residencia, a quienes inicio a considerar como mi segunda familia, hizo de esta actividad algo que disfruté durante cada instante.